Hoy te presentaremos la historia de Heidemarie Schwermer (QEPD), una ciudadana alemana que un día decidió dejar de usar dinero y aplicó el dicho “favor, con favor se paga” viviendo a base de trueques. Cuando su esposo murió decidió vender todas sus cosas.
La Psicóloga de profesión decidió hacer un experimento donde quería demostrar que se podía vivir sin dinero, esto lo hizo posible viviendo en casa de sus amigos, cuidando casas de descanso, cocinando, lavando los platos, brindando su conocimiento y más, todo esto a cambio de comida, ropa y hospedaje, no de dinero.
“La gente hace muchas cosas que no son buenas para ellos con el único objetivo de ganar dinero. Se convierten en esclavos y pierden su felicidad” Heidemarie Schwermer
Posiblemente hayas pasado por una muy mala racha donde no pudiste conseguir trabajo, quizá esta idea de la psicóloga alemana te pudo haber sacado de un apuro.
“Es bueno que reflexionen que hay otras maneras de vivir y obtener aquello que se desea sin necesidad de recurrir al dinero y haciendo aquello en lo que se es bueno (…) El problema es que tendemos a separar ocio y trabajo, y la mayoría termina atrapada en una oficina” Heidemarie Schwermer
En una entrevista publicada por Clarín, Schwermer declaró que en 1994 fundó un grupo de trueque llamado “Centro para dar y recibir” donde las personas compartían cosas unas con otras, ahí se dio cuenta que el dinero no era tan importante.
Con esto no queremos decirte que te deshagas de todo tu capital y comiences a hacer trueques, la idea principal que rescatamos de esta historia es que el dinero no es el centro del universo.
Si deseas conocer más sobre esta increíble anécdota, puedes consultar el documental Living Without Money (Vivir sin dinero) que se encuentra disponible en Vimeo.
¿Crees que realmente se pueda vivir sin dinero?
Fuentes:
Al aplicar el trueque se ejerce un servicio, comunicación de personas a personas este el gran beneficio y el dinero??.
Y mi trabajo es dar servicio y por esto recibo un salario (es mi trueque)
Efectivamente Mario, a final de cuentas ofrecer un servicio a cambio de una remuneración económica es un trueque, la lección que Heidemarie Schwermer nos dejó es que no siempre ese intercambio debe ser por dinero, sino que puede ser por otro servicio para que ambas personas se vean beneficiadas.
A veces lo que no tiene un precio determinado tiene más valor 😉