Antes de contratar un crédito se deben tomar en cuenta factores muy importantes como el nombre de la institución, frecuencia de los pagos, porcentaje de la tasa de interés y el plazo.
¿Qué pensarías si te dijéramos que estos mismos puntos deben ser tomados en cuenta también para invertir?
Claro que la definición de cada uno de estos elementos cambia de acuerdo al producto financiero del cual se esté hablando.
La frecuencia de pagos en una cuenta de inversión funciona de la misma manera que en un crédito, pero al revés, en lugar que tú debas hacer los desembolsos, las instituciones financieras deben pagarte a ti, es importante que conozcas si recibirás tu ganancia al final del plazo o cada determinado tiempo, pero no basta con conocer esto, también debes ser consciente de la tasa de interés o porcentaje de rendimiento que recibirás por tu dinero.
Con los préstamos pasa que mientras más grande sea el plazo para pagarlos, la cantidad de intereses son mayores, con inversiones también pasa lo mismo (pero nuevamente al revés). Si inviertes a 360 días es un hecho que la institución financiera deberá pagarte más rendimiento que si lo haces a sólo 30 días.
Existen personas que aún le tienen miedo a las cuentas de inversión, pues hay una idea muy errónea sobre ellas: sólo la gente rica invierte. Este tabú se rompe cuando te das cuenta que diversas instituciones financieras ofrecen el servicio, incluso las cajas populares, que se preocupan por la inclusión e igualdad en sus socios.
