¿Qué haces cuando ocupas realizar una tarea complicada y necesitas mucho esfuerzo, tiempo o dinero para llevarla a cabo? Con esta incógnita hay de dos sopas, te esmeras más para hacerlo posible o te unes con alguien más para sumar esfuerzos. A esta segunda opción le llamamos cooperación.
Existe una razón muy poderosa por la cual existen a lo largo del mundo una gran variedad de cooperativas con diferente giro cada una de ellas, por ejemplo en el sur de México donde se han creado sociedades de tejido, agricultura, café, etc.
Si un trabajador, campesino o artesano intenta echar a andar su propio negocio, es probable que se vea frenado por factores económicos o físicos, a esto súmale que debe competir contra grandes corporaciones y empresarios con una fuerza económica impresionante. La solución para salir adelante pese a esta adversidad es la cooperación.
Para una sola persona puede ser muy complicado emprender, pero cuando se suman varios esfuerzos y capital con la finalidad de un objetivo en común, las cosas salen adelante. Esta idea la plasma el profesor Florencio Eguía Villaseñor en su libro “abc de la cooperación”, donde asegura que la cooperación facilita la compra a precios de mayoreo.
Si bien, el profesor (por su entorno social y temporal) se enfoca principalmente en las personas de campo para poner estos ejemplos, hoy en día esta idea cooperativa se puede aplicar para prácticamente todos los sectores.
Tecnologías de la información, construcción, diseño, contaduría, carpintería, alimentos; sin importar tu profesión u oficio la filosofía cooperativa puede ayudarte a mejorar tu calidad de vida. Te invitamos a realizar una valoración a tu negocio y determinar si sería buena idea unir esfuerzos con otros colegas tuyos que deseen crecer en conjunto.
