Si pides prestado para esto, se te echará a perder
Cuando algo se echa a perder, la neta huele horrible; si eres de las personas que suelen usar créditos perecederos, también corres el riesgo de que tus finanzas se apesten.
“Ay Cooperando Ando, pero ¿cómo se va a pasar eso?” Aunque no lo creas, hay personas que hacen de su crédito algo perecedero, pues cuando no lo pagan a tiempo, la cosa empieza a oler muy mal.
Un ejemplo claro de esto es cuando vas al súper para hacer la despensa y gastaste más de lo que traías en efectivo, así que se te hace muy fácil pasar la tarjeta de crédito y pagar con ella tus frutas, verduras, carnes, y demás compras. Puras cosas perecederas.
Otra ocasión en la cual puedes adquirir una deuda con caducidad, es al pedir comida a domicilio para darte ese gustito sin un límite: “al cabo pagaré con la tarjeta”, dices. Esta frase de inmediato desencadena que tú y tus acompañantes se agarren pide y pide cosas, dejando como saldo una cuenta bastante choncha.
“Cooperando Ando, ¿me estás diciendo que es malo pagar la despensa o comida con la tarjeta de crédito? No necesariamente amigo.
Ojo, aquí el primer error que mencionamos es que en ninguno de los dos ejemplos se fijó un límite de gastos; al no tener un presupuesto, es muy sencillo que te endeudes.
El segundo error viene cuando, esta falta de planeación financiera, propicia que te atrases en el pago de tu tarjeta y se empiecen a acumular los intereses moratorios: aquí empieza la terrible podredumbre.
Nuestra intención no es asustarte, mucho menos prohibirte que pagues cosas deliciosas con tu TDC, pero sí te invitamos a fijar un límite de gastos antes de comprar. No te queremos ver pagando en un plazo de 3 meses, con moratorios incluidos, una comida que ingeriste en unos minutos.